La languidez que se apodera de mí ser Y ya me aburre el asombro del azar Y sigo aquí aun que he dejado de beber Maldita sangre ya no arde al despertar Ya hace tiempo que no me enfermo de amor Y no me importa quién será el vencedor Indiferente, insensible y qué más da Ya hace tiempo que no me importa la verdad A caballo iba y me caí, solo no, solo “ni” para mi Dejo que pase lo que tiene que pasar No bebo el agua, ya no me gusta su frescor Mis flechas rotas igual que leña “pa quemar” Contemplo el arco que se pudre en el rincón No me agobio, nada busco solo estar No me inspira incluso el hecho de atacar Se rechazar al atrevido y maldecir Ya sin hablar de aquellos locos por vivir A caballo iba y me caí, solo no, solo “ni” para mi No quiero nudos más hacer y deshacer No quiero más ni discutir, ni engañar Si tienes don las trampas grandes tu prever Pequeñas trampas no te asustan al andar Cualquier cariño ya no me hace padecer Y nada vale y nada deja de valer Ya no me importa lo que piensan sobre mí Tranquilo y cómodo vivir yo aprendí A caballo iba y me caí, solo no, solo “ni” para mi Se me curaron mis heridas de dolor Mis cicatrices ya dejaron de sangrar Sentir no siento ya ni frio ni calor Sin ganas vivo, sin saber, sin preguntar Y qué más da: me aprieta o no el cinturón Yo no seré aquel quien muere por honor Me enseñó la transparencia del cristal Vivir discreto ese reto infernal A caballo iba y me caí, solo no, solo “ni” para mi Sin ambición, no tengo nada a que aspirar Ni busco ya la piedra “tal” filosofal Sin esperanza a alguna meta alcanzar No me interesa la raíz del bien y el mal Maldita Tierra y su maldita gravedad La horca no, mejor tumbado en el sofá El corazón - un tic que ya no está en mí Me marcho a donde solo “no” y solo “ni” A caballo iba y me caí, pero no, ya da igual para mí
© Yuri Mykhaylychenko. Traducción, 2016
© Yuri Mykhaylychenko. Canto, 2017