No me gusta que me llamen por mi nombre
Repitiendo siempre hermano en la oración
No me gustan las palmadas en el hombro
Y al virarme el no te veo hace un montón
No me gusta que me escuchen las llamadas
Ni que archiven cualquier tonta información
No me gustan los que creen que para todo
Lo mejor es dar un golpe en el morrón
No resisto que alguien me obligue a hacer algo
O que por lastima me quieran tratar
No resisto a la persistente bota
Que mi alma siempre quiere pisotear
No resisto a carroñeros ni a mendigos
Ni a los perros ni las moscas ni demás
No resisto a aquellos que creen ciegamente
En si mismos y aplastan a los demás
No me gusta el sentimiento con que un ciervo
Atrapado mira el cañón del fusil
No me gustan las malas coincidencias
Que surgen cuando alguien se acerca a su meta
No resisto la perdida irreparable
No resisto la causa no explicada
No resisto pedir mi último deseo
Al verdugo antes de que agarre el hacha
No me gusta cuando me interrumpe el eco
Metálico y seco en el auricular
No me gustan los disparos por la espalda
Y las salvas solo me hacen vomitar
Me odio a mi mismo cuando me acobardo
Cuando busco excusas para mis infamias
Cuando sonrío a aquellos a quienes sirvo
Aunque en realidad los odio con el alma
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