Golpea duro y golpea
y vuelve a golpear,
el púgil Gorka Bengoechea
me lanza un uppercut.
Me da tal zurra en el rincón
que apenas si lo cuento.
Y luego un gancho en el mentón
y entonces fui al suelo.
Y Gorka pensó: «Estoy hecho papilla
¡pero es bello vivir esta buena vida!».
«Cinco... Seis... Siete...» y yo en la lona,
mis paisanos me animan...
Ya en pie, mis piernas reaccionan
y escapo de la esquina.
No es cierto que para el final
reserve fuerza y garra,
es sólo que no soy capaz
de golpear en la cara.
Y Gorka pensó: «Me cruje una costilla,
¡pero es bello vivir esta buena vida!».
Silbidos, bronca y grita uno:
«¡Remata a ese cagueta!».
Entonces Gorka es sólo puño
y estoy contra las cuerdas.
Pero aguanté tan duro asalto
de Gorka el obstinado
y le pregunto dando un salto:
«Chaval, ¿no estás cansado?».
Pero no me escuchó y exhausto se decía:
«¡Qué bello es vivir esta buena vida!».
¡Joder si es bestia el cabezón!
Aquí va a haber jaleo.
Boxear es un deporte y no
este asunto tan feo.
Me lanza golpes, un, dos, tres,
hasta tumbarse él mismo...
Y alza mi brazo el señor juez...
¡Que viva el pacifismo!
Gorka en la lona: «¡Qué extraña es la vida...!
Para algunos lo es todo y para otros no es vida.»
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