Aquí no es una llanura, aquí el clima es diferente.
Las avalanchas van una tras otra
Y aquí, después del desprendimiento, ruge otro.
Y se puede girar, y rodear el acantilado,
Pero escogemos el camino difícil,
Peligroso como un sendero militar.
¿Quién no estuvo aquí, quién no se arriesgó?
No se probó a sí mismo
Incluso desde abajo el agarraba las estrellas del cielo.
No me recibirás abajo, por mucho que lo intentes
Por toda mi vida feliz
Una décima parte de estas bellezas y maravillas.
No hay rosas escarlatas ni cintas de luto
Y no parece un monumento
La piedra que te dio la tranquilidad.
Como llama eterna, brilla en el día
La cumbre de hielo esmeralda,
La que no conquistaste.
Y deja que hablen, ¡sí, déjalos hablar!
Pero no, nadie muere en vano,
Es mejor que del vodka o del resfriado.
Otros vendrán reemplazando la comodidad
Al riesgo y al trabajo exorbitante, -
Pasarán por la ruta que no pasaste.
Paredes escarpadas, bueno, ¡no bosteces!
No confíes aquí en la suerte.
En las montañas las esperanza no son las piedras, ni el hielo, ni la roca.
Solo nos esperanzamos en la fuerza de nuestras manos,
En las manos de un amigo y el anclaje incrustado,
Y rezamos para que el seguro no nos defraude.
Creamos escalones. ¡Ni un paso atrás!
Y de la tensión, tiemblan las rodillas
Y el corazón está listo para correr desde el pecho hacia la cumbre.
El mundo entero en la palma de la mano, estas feliz y entumecido
Y solo un poco envidias a esos
A los que todavía le queda la cumbre por delante.
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