A Larisa Luzhina
Tal vez me padecí. Cerré los ojos y vi.
Tal vez me padecí: luego que pena me sentí -
¡Ella me sobrepasó! Ella estuvo en París,
Y ayer me enteré que no solamente por allí.
¡Que buenas canciones le cante sobre el Norte lejano!
Pensaba: un poco más y vamos a tutear.
Pero yo cante en vano sobre las zonas neutrales -
Realmente le vale madres que flores hay allá.
Entonces cante más - pensé es más preciso -
Sobre la tierra sureña y sobre los que tuvo en el pasado.
¡Pero acaso le importo! Se movía en el círculo parisino.
Y el mismo Marcel Marceau le platicaba algo.
Yo abandoné mi fábrica, aunque no tuve razones,
Estudie los diccionarios a la conciencia y a mí riesgo,
¡Pero que le importa eso! Ella ya está en Varsovia,
De nuevo conversamos en idiomas diferentes.
Cuando vendrá, le diré en polaco: "¡Proshe pani,
Acéptame como soy, no voy a cantar más!"
¡Pero acaso le importo! Ella está en tierra iraní, -
Yo entendí - por supuesto no la voy a alcanzar.
Pues ella está hoy aquí, mañana está en Noruega -
¡Si soy un desastre y que contrariedad!
Quien estuvo con ella antes, y quien estará luego,
Que hagan el intento. Mejor me voy a esperar.
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