Resuenan en la noche los pasos pesados del reclutamiento,
pronto tenemos que partir y despedimos sin palabras.
Por caminos intrincados sudaban los caballos, los caballos
llevando a los jinetes hada un final desconocido.
¡Nuestro tiempo es otro, fugaz, pero como antaño,
¡busca la felicidad que se escapa volando!
mas, en esta carrera perdemos a los mejores compañeros,
sin notar, al galope, que ya no están los compañeros.
Y aún por largo tiempo confundimos los fuegos con incendios
y aún por largo tiempo parecerá siniestro el crujir de las botas
y con los viejos nombres los niños juegan a la guerra
y pot largo tiempo dividiremos a los hombres en los nuestros y los enemigos.
Y cuando deje de retumbar y cese el fuego y los lamentos,
y cuando los caballos se cansen de sus jinetes,
y cuando nuestras muchachas cambien los uniformes por vestidos,
entonces, no olvidemos, no perdonemos, no perdamos el camino.
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