Me agoto entre el hielo de abajo y el de arriba;
¿me abriré paso hacia arriba o hacia abajo?
Por supuesto, floto sin perder las esperanzas
entregado a mi obra, esperando una visa.
Encima de mi hielo: iqué se quiebra, qué me raja la cabeza!
Soy puro y sencillo, aunque no sea un campesino.
Volveré a ti como las barcas de las canciones,
recordando todo, hasta los viejos versos.
Tengo menos de cincuenta, algo más de cuarenta.
Gracias a ti vivo hace doce años.
Tengo algo que contar al presentarme al Altísimo
tengo algo con qué justificarme ante Él.
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