No conoces todavía ni caminos lentos, ni el trabajo, ni la vida, ni grandes tormentos. La noche va a apagar en la calle el ruido. Tú, empieza a soñar que estás dormido. Planeas con facilidad: debajo queda el mundo, Roma en la Antigüedad y el París nocturno. Eres ingrávido, ligero, se oye un cantar. Es solo un sueño, pero crecemos al soñar. Y algún día, quizás, después de mucho tiempo, de noche volverás a emprender el vuelo. Sobre las casas y los bosques vas a volar, pequeño... Pero ahora duerme y sigue con tu sueño.
© Oleg Shatrov. Traducción, 2012