No conoces todavía
ni caminos lentos,
ni el trabajo, ni la vida,
ni grandes tormentos.
La noche va a apagar
en la calle el ruido.
Tú, empieza a soñar
que estás dormido.
Planeas con facilidad:
debajo queda el mundo,
Roma en la Antigüedad
y el París nocturno.
Eres ingrávido, ligero,
se oye un cantar.
Es solo un sueño,
pero crecemos al soñar.
Y algún día, quizás,
después de mucho tiempo,
de noche volverás
a emprender el vuelo.
Sobre las casas y los bosques
vas a volar, pequeño...
Pero ahora duerme
y sigue con tu sueño.
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