Si a Rusia entera, de frontera a frontera,
anegó en sangre el zar,
a su linda compañera, la zarina, sin penar,
a Gregorio Rasputin se la quiso entregar.
¡Del autor hay una queja por la copla tan compleja,
sin compás ni moraleja!.. ¡Le daremos en la oreja!
Me inventé la cantinela.
¡No se pega al centinela!
1 Esta canción, igual que las dos anteriores, fue escrita para el espectáculo «Die? días que estremecieron el mundo»,
que se representó en 1965 en el Teatro de Taganka de Moscú.