Ahora, hablar es ridículo:
no lo quería, no.
Ya es tarde, se cerró el círculo,
se terminó...
Deseos acabados;
se me va de las manos,
como una flor tardía,
mi primavera,
única y entera,
la tengo perdida.
¡Primavera!.. ¿Qué locura es esta?
No bebas vino sobre apuesta,
no cuelgues la llave sobre la puerta,
la persiana bajada;
de flores, nada,
ni las aceptes ni las regales,
aléjate de los males - ¡alerta! -
¡párate ahí quieta!
En invierno, fríos fieros,
infernales;
los amores invernales son más fuertes,
más formales.
Mis deseos acabados;
se me va de las manos,
como una flor tardía,
mi primavera,
única y entera,
la tengo perdida.
¡Ay, maldita sea!
Si quieres, bebe vino sobre apuesta,
cuelga la llave sobre la puerta,
mira a los ojos sin miedo,
porque si no, en enero
llega la nieve a la puerta de nuevo,
verás por la ventana calles desiertas...
¡Abre tus puertas!
Y canta hasta el alba,
y acepta las flores, si lo pide el alma;
regala, si quieres regalarlas,
si te encienden, ¡arde en llamas!
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